martes, 24 de abril de 2012

El armado del rompecabezas


Cuando aceptamos nuestra compleja trama humana y su funcionamiento, es cuando podemos descansar, extenuados y casi sin aire, pero en calma junto al silencio del alma que puede manifestarse sin enjuiciamientos ni desbordes su sustancia más profunda.

Quizás no podamos liberarnos de los vaivenes que nos llega vertiginosamente de  los cambios en el mundo y del mismo ser humano que va registrando en su interior , pero sí  podemos emerger cada vez más íntegros del estrépito de la batalla egoica y mental, aunque en las apariencias pareciera que el panorama se desmorona entre nuestros intentos.

Ampliar la mirada y habernos observado tanto tiempo,  nos llevó a conocernos en detalle y  a centrarnos para no ser determinantes ni categóricos al momento de dar una opinión.

Tal vez no lleguemos a comprender en su totalidad a quien está al lado en su propio aprendizaje, pero adquirimos tantas proezas con nosotros mismos que no hay ni pequeño detalle que no haya sido analizado y sacado a la luz.

Y ahí es donde nos encontramos con la esencia de amor más pura que irradia entre las sombras, ya efímeras, de nuestro pasado para comenzar a vivir el eterno presente del ahora con lo que nos pertenece desde nuestro origen.

Si pudimos caer, levantarnos, conocernos y comprender , no podemos dejar de confiar en cada paso que damos  que se empieza a vislumbrar la entrega de un ser íntegro nuevo que aprendió a tener certezas basadas en los sentimientos y percepciones,  y no tanto mentales.

Cuando las piezas del rompecabezas ocupan su lugar en cada una de sus partes, no hay temor por el desfasaje  porque lo que puede mover nuestro ser son tan sólo aspectos emocionales que no perdurarán mucho en el tiempo ya que la fortaleza del alma permanece inmutable.

Nuestra esencia se afianzó, se consolidó, se integró,  y firme dentro del universo ofrece su mayor amor para ser expandido entre todos los que conformamos la morada de Dios. 

Las dudas , si alguna vez existieron dejan de tener sustento, y las inseguridades se transforman en el fluir natural de lo que somos en esencia y no lo que adquirimos al encarnar.

Y ofrecerse libre es decir- no temas que no hay nada inamovible que haya sido creado por Dios que puede desplazarse para dar lugar al desconcierto. 

Si comenzamos a creer en nosotros mismos y a confiar en esa sabiduría interna que genera milagros, no podemos dejar de creer en la simpleza y grandeza espiritual de quien aún puede estar buscando su propio camino de luz para ser redimido y sanado en todo su trayecto de vivencias pasadas.

Confiar en una Fuerza Poderosa que trasciende nuestra naturaleza de este mundo, es abrirse al mundo sin prejuicios y viendo un igual en cada uno de los que habitamos el Universo de Dios.

Cada pieza tiene su lugar adecuado dentro del rompecabezas de la vida, y cuando encuentre su encastre justo y definitivo podremos descansar en calma con quien nos acompañó todo este tiempo haciendo un camino paralelo pero no perdiendo de vista la ayuda incondicional para llegar a la unión...

....Ese día dejará de tener horas, minutos , segundos, ese día se extenderá hasta la eternidad y el tiempo lineal se transformará en pasado, presente y futuro en un mismo momento del AHORA Y PARA SIEMPRE...

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