Uno de los mayores desafíos que tenemos los seres humanos, es el estar insertos en el mundo y, sin embargo, intentar no pertenecer ni depender emocionalmente de lo que en él suceda. Nos reconocemos como seres sociables en relación permanente con los demás, y si bien estamos subordinados en algunas cuestiones básicas inherentes al vivir cotidiano, no tenemos por que estar yendo sin rumbo desconocido porque el viento sopla de una manera determinada.
La gran paradoja radica en que recibimos una formación que nos hace tener que valernos y depender en muchas ocasiones de los demás para algunas realizaciones y, con ese inicio, nuestra vida se dirige a estandares y modelos de conducta y felicidad preestablecidos que como es lo que conocemos, creemos que es lo que debemos perseguir para sentirnos plenos.
Reglas del buen vivir, normativas impuestas por las sociedades desde sus comienzos y plazos establecidos acorde a nuestra edad física. No importa cómo y la manera en que tenemos que llegar o mantener el estatus , no podemos bajo ningún punto de vista ser diferentes porque no seremos reconocidos o lo que es peor , seremos juzgados por atrevernos a percibir con otra mirada el sentido de la vida.
Y así es como, si estamos empapados de esas doctrinas de saberes y no pudimos asomarnos para rescatarnos , vivimos sumergidos en el sufrimiento de la lucha por ser lo que tendría que ser y alcanzar ese ideal que viene sin garantías porque depende también y en cierta medida , del otro para su realización . De este modo , con nuestras metas sobresalientes y extraordinarias arrastramos con las personas que queremos, a los que no nos cae tan simpáticos , a quien esté en el camino generando algún escollo inoportuno o, a su inversa, nos quedamos acotados en las sensaciones de frustración y fracaso que implica no poder llegar nunca a nuestros proyectos.
Lo primero que podemos vislumbrar, si pudimos al menos espiar, es existe un mundo disímil , con muchas variantes y cambios para ser vivido, sabiendo que saldremos airosos en algunas ocasiones y muy derrotados en otras.
Las mayores pruebas serán dadas para ser superadas y trascendidas, y el agotamiento puede ser muy grande, pero pensemos tan sólo que estamos saliendo de nosotros mismos dejando lo que ya no sirve a un lado e intentando ver que no tenemos que depender del otro fuera ello una persona, institución o situación, para nuestra felicidad.
La dependencia emocional es la que nos genera las mayores frustraciones, pero si podemos darnos cuenta que NO SOMOS ESO sino que vivimos una falsa realidad de unión contaminada, es probable que cada ocasión se nos vaya presentando de maneras menos complicadas para entender.
Dejemos salir las emociones , no importa cuáles sean, no las caratulemos de buenas ni malas, sepamos que sólo son y que nos pertenecen por la naturaleza humana que poseemos.
Sólo dejándolas que se manifiesten vamos a poder descifrar lo que quiere decirnos y cuando ello suceda pensemos el caso inverso y esperemos ver que sucede.
Las diferentes culturas nos van diciendo cómo somos producto de un entorno social que establece disposiciones y que, según donde estemos ubicados, nuestros pensamientos tendrán su acomode a las circunstancias.
Muchas costumbres de oriente distan mucho de las de occidente y como tal existen como reales para la visión humana pero, ... qué pasaría si a nosotros nos hubieran enseñado con algunos conceptos diferentes ? Y si podemos, más allá del nombre que le pongamos, iluminación, ascensión o kundalami, ser felices con nosotros mismos sin necesitar amuletos o bastones que nos sostengan y no lo sabíamos ? Nuestra mente no lo hubiese captado igual? Es posible que, de este modo, la dependencia emocional no existiera y nuestras relaciones se basasen en intercambios gratos de afectos sin querer encadenar al otro a nuestra mano.
Si partiéramos por entender que somos distintos porque la formación, y lo que captamos de ella es diferente en algunos casos, podríamos crecer sabiendo que está la posibilidad de que no pensemos todos iguales nunca y sin embargo valorar tanto un pensamiento como el otro. Estaríamos posicionados acorde a cómo llegó la información y lo que hacemos con ella, produciéndose naturalmente las afinidades o alejamientos mentales que nos ubicarían en distintos lugares dentro de este mundo físico pero no lejos en el mundo espiritual.
Insisto con armar primero nuestro mundo interior , desafiemos las reglas que nos dicen que tenemos que crear de a dos si todavía no estamos preparados para evitar la posesión , demanda y deseos de apegos que desmoronan y hacen frágiles las relaciones por carecer de sustento.
Dejemos de temer lo que dirán y escuchemos qué quiere decirnos el dolor cuando vuelve a aparecer.
La esencia del alma tiene toda la sabiduría que no podemos encontrar fuera, busquemos la manera, aunque cueste, de descifrar el mensaje que quiere darnos...dejemos que las emociones nos lastimen si es necesario , y luego, ya con mayor calma sintamos en el corazón cuál es el nuevo rumbo a tomar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario