sábado, 28 de abril de 2012

El encuentro con uno mismo a través del otro

Vamos por la vida buscando el amor,la aproximación con quien nos haga sentir todas las emociones, quien nos embriague de su delicada fragancia de dulces armonías , quien nos haga vibrar en su misma sintonía y, sin embargo, pareciera que todos los encuentros quedan en el encanto inicial para luego transformarse en la decepción y desilusión de no haber sido lo soñado.

Volvemos a insistir en esa búsqueda, observamos el encanto de quien pareciera que es inalcanzable, volvemos a acercarnos y sin embargo, nuevamente desaparece la magia de los sublime.

Paramos, preguntamos, buscamos el inconveniente que impide vivenciar una relación fluida de amor,  y paso a paso, lentamente y sin apuro, la esencia interna nos va develando lo que sucede ante la no concreción de los sueños eternos.

Ciertamente estamos buscando en el otro lo que creemos que nos falta a nosotros y al no poder descubrirlo desde nuestra propia sabiduría , lo que vemos con nuestros ojos y sentimos con nuestro tacto se va esfumando así tan rápidamente como vino.

No hay nada que tengan los demás que no tengamos nosotros en sustancia innata, sólo que al no verlo y reconocerlo, creemos que lo encontraremos en lo que percibe nuestra mente acotada a un corazón que desborda de amor pero que no quiere ceder el poder al otro.

Pero un día aparece otro fascinación  y aunque el tiempo pase no desaparece, ni sufre desilusiones , ni encuentra errores aunque la manifestación en el afuera sea desafortunada.

 Vemos con la magnitud de nuestros sentidos humanos , sufrimos las pérdidas , el dolor que acarrea el comportamiento y no obstante permanece firme en el corazón instalado desde una profundidad tan fuerte que posee los cimientos necesarios para no decaer. 

Y ahí nos vamos dando cuenta que la búsqueda terminó, que no desaparece porque nos encontramos a nosotros mismos a través de esa persona. El nos está mostrando nuestro interior, lo que tenemos que cambiar, nos ayuda a crecer, a mirarnos, a amarnos.

Nos refleja lo que tenemos dentro, el gran caudal de amor que poseemos, nos hace vibrar en la sintonía más elevada que también él posee y nos lleva de la mano hacia Dios. 

Y cuando vamos sanando todos los obstáculos que no nos permitieron vernos en su totalidad,  descubrimos también a Dios  como una de sus manifestaciones con un cuerpo físico. 

No es nuestro ego el que mira sino nuestra alma y comenzamos a sentir que ya no tenemos que irnos, sino permanecer en las esferas divinas pero con los pies en esta dimensión cimentando la semilla de amor que dará los frutos de traer  definitivamente el Cielo a la Tierra.


Y lo que comenzó siendo el encuentro con uno mismo a través de una persona, se transforma en el encuentro con uno mismo a través de todo lo que nos rodea, con la Creación. 

Y entrelazándose  inicia la proyección  del amor más puro en el abajo, arriba, dentro y fuera hasta formar una única morada de amor que no distingue planos ni dimensiones sino que une el amor que somos con los demás y con toda la inmensidad.


miércoles, 25 de abril de 2012

Caminando solos


Haber recorrido un itinerario donde intentamos fusionar el arriba y el abajo, el adentro y el afuera, lo material con lo espiritual, la realidad humana con la sutil y etérea, el conciente con el inconciente, nos alimentó de tanto conocimiento pero muchas veces tan confusos por la no conjunción plena, que si no paramos y damos desde nuestra integridad un alto necesario, es probable que nuestra capacidad psicológica ésta vez sí se transforme en el impedimento para continuar y dejar fluir. 

Una naturaleza limitada , una extremadamente libre e infinita, un amor sublime y una indiferencia sumamente cruel, no siempre puede brindarnos el medio favorable luego de tanto tránsito sobre las mismas temáticas, para seguir creciendo en nuestra propia sabiduría personal. Si no volvemos a resignificar a pesar del cansancio, lo que acarrea cada acontecimiento repetitivo con sus incidencias positivas y negativas, quedándonos  amarrados a lo que nos eleva sólo en la esferas espirituales sin encontrar sustento en este medio físico, es posible que  segamos rondando en círculos cerrados de dolor y preguntas sin respuestas. 

Quienes hemos vivenciado la presencia de un Ser Superior que tiene todas las explicaciones del Plan de Vida pero que aún como humanos no pudimos descifrar, quizás  hayamos sentido en varias oportunidades  que estuvimos acompañados tan profundamente que vimos con Sus Ojos y  sentimos con Su esencia Divina, pero , sin embargo, el aprendizaje mayor y final al cuál estamos sujetos todas las personas lo busquemos o no , es seguir vivenciando desde ese sentimiento Universal de Divinidad de Dios, pero sin acompañamientos ni ayuda conscientes, sino por nuestros propios medios como seres de luz que somos encarnados en un cuerpo físico. 

Como niños que comenzamos a caminar nos han ayudado a pararnos, fortalecernos con nuestras piernas , nos tomaron de la mano para dar los primeros pasos, pero no podemos afianzarnos solos en la vida si no nos sueltan y seguimos nuestro propio camino. Sabemos que somos capaces de caminar, de sostenernos por nosotros mismos pero el miedo, la creencia de que no vamos a poder es el impedimiento para avanzar con nuestra seguridad de que nada va pasar. 
Rever, resignificar, entregar, volver a empezar, dejar los patrones de conducta que nos inculcaron, no juzgar y creer en nosotros mismos, son las premisas a tener en cuenta para no sentir que deseamos irnos lejos sin retorno a una vida que aunque no nos guste algún ingrediente divino debe de tener. 

Si pudimos sentir y vibrar en el Amor de Dios aunque nuestro dios sea un objeto, una creencia, un ritual, o la nada , no podemos dejar de creer cuando el equilibrio vuelve a nuestro ser, que no haya un Plan Maestro que nos haga sentir realizados en estas esferas densas de tanto sufrimiento y desconocimiento. 

Pensar que la resurección viene con la muerte física , es limitar a la Vida misma y creer en algo maquiavélico que nos quiere hacer sufrir y goza con nuestra desdicha. Partamos por comprender que todo está dentro nuestro, la creencia de lo que somos, de lo que no somos, de lo que elegimos para nuestras vidas, pero también tengamos la humildad y condescendencia necesaria para saber que en la escuela de la vida la graduación no viene de un día para el otro, sino que se requiere de mucho tiempo, con pruebas y errores, con aciertos y frustraciones, y que cada sentimiento vigoroso o de fracaso son genuinos y que con ellos vamos afianzando los conocimientos aunque sintamos estar estancados. 

El día que podamos dejar de ver el camino de quien está al lado, es probable que lleguemos a sentirnos verdaderamente libres, porque significará un escalón más a la propia redención porque los apegos ya no van a existir.

Contemplar nuestros semejantes como seres que están aprendiendo como nosotros y que hacen lo mejor que pueden al momento, es darle y darnos la libertad de mirar contemplativamente, sin involucrarnos ni hacer depender nuestra vida en como va su propio camino de evolución. Soltar aunque no queramos, amar aunque duela , tomar las enseñanzas de Dios Padre para aceptar el daño producido por quien nos devolvió la mayor dureza ante nuestro eterno amor de alma.....

Recorramos la vida por nosotros mismos, El está mirándonos, no hay abandono , hay amor incondicional, pero es necesario caminar solos. El trayecto a lo eterno dependerá de nuestros pasos , hagamos lo que podamos porque el día menos pensado es probable que la vida nos alce en Sus Manos para recibirnos eternamente en la Morada de donde partimos y a donde regresaremos, luego de aprender lo que significa tener una esencia divina en un cuerpo humano.

Cuando podamos  reconocer que las experiencia vivenciadas no son buenas ni malas, cuando sintamos que nada estuvo fuera de su lugar por doloroso que haya sido y aceptemos la vida tal cuál se presenta para tomar un camino determinado sin invalidar otro, quizás sea el momento en que descubramos definitivamente que no vinimos a cambiar el mundo sino a amarlo. Después de todo, el reconocimiento propio y ajeno de que somos en esencia AMOR es lo que nos elevará por siempre, pudiendo trascender lo limitado de lo que aprendimos a mirar desde nuestra formación y generar la apertura para que, una vez logrado en nosotros, ayudemos al otro a su propio reconocimiento de sustancia de amor que llevó siempre y que muchas veces desconoce.

martes, 24 de abril de 2012

El armado del rompecabezas


Cuando aceptamos nuestra compleja trama humana y su funcionamiento, es cuando podemos descansar, extenuados y casi sin aire, pero en calma junto al silencio del alma que puede manifestarse sin enjuiciamientos ni desbordes su sustancia más profunda.

Quizás no podamos liberarnos de los vaivenes que nos llega vertiginosamente de  los cambios en el mundo y del mismo ser humano que va registrando en su interior , pero sí  podemos emerger cada vez más íntegros del estrépito de la batalla egoica y mental, aunque en las apariencias pareciera que el panorama se desmorona entre nuestros intentos.

Ampliar la mirada y habernos observado tanto tiempo,  nos llevó a conocernos en detalle y  a centrarnos para no ser determinantes ni categóricos al momento de dar una opinión.

Tal vez no lleguemos a comprender en su totalidad a quien está al lado en su propio aprendizaje, pero adquirimos tantas proezas con nosotros mismos que no hay ni pequeño detalle que no haya sido analizado y sacado a la luz.

Y ahí es donde nos encontramos con la esencia de amor más pura que irradia entre las sombras, ya efímeras, de nuestro pasado para comenzar a vivir el eterno presente del ahora con lo que nos pertenece desde nuestro origen.

Si pudimos caer, levantarnos, conocernos y comprender , no podemos dejar de confiar en cada paso que damos  que se empieza a vislumbrar la entrega de un ser íntegro nuevo que aprendió a tener certezas basadas en los sentimientos y percepciones,  y no tanto mentales.

Cuando las piezas del rompecabezas ocupan su lugar en cada una de sus partes, no hay temor por el desfasaje  porque lo que puede mover nuestro ser son tan sólo aspectos emocionales que no perdurarán mucho en el tiempo ya que la fortaleza del alma permanece inmutable.

Nuestra esencia se afianzó, se consolidó, se integró,  y firme dentro del universo ofrece su mayor amor para ser expandido entre todos los que conformamos la morada de Dios. 

Las dudas , si alguna vez existieron dejan de tener sustento, y las inseguridades se transforman en el fluir natural de lo que somos en esencia y no lo que adquirimos al encarnar.

Y ofrecerse libre es decir- no temas que no hay nada inamovible que haya sido creado por Dios que puede desplazarse para dar lugar al desconcierto. 

Si comenzamos a creer en nosotros mismos y a confiar en esa sabiduría interna que genera milagros, no podemos dejar de creer en la simpleza y grandeza espiritual de quien aún puede estar buscando su propio camino de luz para ser redimido y sanado en todo su trayecto de vivencias pasadas.

Confiar en una Fuerza Poderosa que trasciende nuestra naturaleza de este mundo, es abrirse al mundo sin prejuicios y viendo un igual en cada uno de los que habitamos el Universo de Dios.

Cada pieza tiene su lugar adecuado dentro del rompecabezas de la vida, y cuando encuentre su encastre justo y definitivo podremos descansar en calma con quien nos acompañó todo este tiempo haciendo un camino paralelo pero no perdiendo de vista la ayuda incondicional para llegar a la unión...

....Ese día dejará de tener horas, minutos , segundos, ese día se extenderá hasta la eternidad y el tiempo lineal se transformará en pasado, presente y futuro en un mismo momento del AHORA Y PARA SIEMPRE...

lunes, 23 de abril de 2012

Desandar interpretaciones de los milagros

Cuando agotamos nuestros propios recursos para la concreción de lo que deseamos,  y sentimos que pusimos hasta la última gota de esfuerzo y empeño para lograr atraer lo que tanto nos moviliza pero sigue siendo inútil nuestra participación, no nos queda otra alternativa que soltar y dejar que siga su rumbo junto al fluir de la vida.

Sin embargo, dejar libre no es sinónimo de dejar de sentir y , por lo tanto, lo que comenzó como la búsqueda del anhelo,  se transforma en la espera, consiente o inconsciente, de lo que llamamos milagro , hecho que sucederá sólo con la intervención divina de Dios.

Si pretendemos seguir analizando desde nuestra dimensión, por más que quisiéramos darle matices más claros,  nuestra mirada se centra inexorablemente en la frustración,  impotencia y el  sentimiento  de  imposibilidad de poder revertir lo que sucede.

 Hasta aquí llegamos, nos sentimos inútiles , peleamos contra la naturaleza de las cosas, de las personas y no nos explicamos por qué motivo no gira el rumbo de los acontecimientos viniendo hacia nosotros.

Suplicamos y aún así no pasa nada, pero nos hartamos de seguir sintiendo con tanta intensidad ese deseo,  y nos preguntamos cómo puede  permanecer en el tiempo tan intocable e íntegro. 

Miramos alrededor y la vida continúa, los días siguen pasando, lo cotidiano se presenta ordenadamente y, como cíclico, se repiten los días de la semana y nuestras actividades. Nos distraemos, subimos el ánimo, lloramos , penamos y revivimos una vez más y, entre todo ello, sigue inalterable la pasión de lo imposible para nuestras posibilidades.

En realidad nos vamos damos cuenta que siempre permaneció en nuestra alma pero  que fue y vino tantas veces en la mente , que los pensamientos se chocaron y generaron mayor vibración e intensidad. Se cargaron de dudas, después descansaron y cuando creímos que  por fin se estaban yendo, otra vez aparecieron con el afán de realización. 

Así días, meses y hasta años,  hasta que esos mismos pensamientos se van agotando dejando de lado lo que buscó sólo para sí,  y va dando paso a la purificación de ideas y sensaciones.

Lo que tenía una visión acotada comienza a abrirse y a generar un abanico de posibilidades donde todos estamos insertos y lo que vimos que empezó en dos personas se  fue extendiendo de a poco, al resto de la humanidad. No podemos , de esta manera encontrar el beneficio sólo propio  y la percepción se va iluminando cambiando el concepto de lo que estábamos esperando y viendo sutilmente donde  Dios tiene que poner su Gracia para que se genere el cambio.

Abramos la mente, dejemos de mirar nuestros deseos unilateralmente y preguntémonos quien más se beneficiaría ante la concreción de tal asombro. 

No creo que para poder ver  sea necesario ni siquiera discriminar los milagros , ni pensar  que algunos  vayan en  detrimento del otro sino que cada uno actuaría como una red donde estando todos asociados y unidos, podríamos ir alimentándonos intercambiando el mejor nutriente que tenemos, el AMOR en todas sus formas y maneras.

Analicemos mirando nuestra alma qué anhelamos tan profundamente y es probable que nos demos cuenta que la autenticidad de ese intenso deseo posee esas características porque con él viene añadido lo fundamental que en esencia tenemos que ver, sólo que no lo sabíamos hasta que corrimos cada pétalo marchito que nos entorpeció el camino. Nada está equivocado, nada tiene características de bueno o malo , sólo son caminos más o menos tortuosos que nos llevan al mismo lugar: el reconocimiento de nuestro ser interior,  la Paz y el Amor de Dios...


Sanación interior y manos sanadoras

Apaciguar las emociones para permanecer más estable en la paz interior que tanto nos costó conseguir,  nos da la posibilidad de poder seguir ampliando miradas sin necesidad de padecer dolor ante lo que observamos.

El Ser , como parte del aspecto físico, mental y espiritual, requiere de una ubicación lo suficientemente subjetiva como para no perder la sensibilidad pero, a su vez,  lo necesariamente objetiva para no perderse entre los sucesos de la vida que pueden movilizar  las emociones más extremas.

 Encauzar, dirigir, entender son premisas a tener en cuenta al momento de la captación de los estímulos externos que no nos agradan tanto o  estemos apenas de acuerdo.

Hacer el propio camino de sanación interior aceptando lo que viene acompañado de enseñanzas amplias de todos los campos posibles, nos permite comprender por que cada uno necesita hacer exclusivo su camino ya que,  acorde al estado evolutivo en el cuál nos encontremos,  la vida nos dará las herramientas justas para que aprendamos a captar hacia donde tenemos que mirar.

Si podemos dejar lo categórico de lado, podríamos observar el entorno,  mirarnos en lo que hacemos y preguntarnos por qué estamos en ese lugar llevándonos las condiciones hacia esos senderos, donde creemos que estamos exclusivamente para los demás y, sin embargo, estamos para aprender a mirarnos a nosotros mismos primero para generar posteriormente la transparencia perfecta de la manifestación divina.

Lo cíclico de la vida nos ubicará algunas veces desde un aspecto determinado, para luego mostrarnos la otra cara y ver su opuesto, y una vez visto, entendido y adquirido apropiadamente, los dos lados de la dualidad hacer un sola esencia sin distinciones.

Para que podamos ser herramientas plenas de manifestación es menester tener un  primer indicio de apertura, porque la luz no puede atravesar cuerpos densos de energía, y si nos referimos a lo que la sanación puede implicar ya sea porque estamos sanando internamente como a los demás, habría que mirar sutilmente los mensajes que la vida tiene para darnos.

Hacer exclusivos lugares o personas es limitarlo a Dios y hacerlo selectivo cuando eso pertenece a nuestra naturaleza humana. Que El provea los dones a algunas personas en particular es la Verdad que sólo El  tiene y  determinar nosotros cuáles son esas personas es un campo en el cuál no podemos hablar con conocimiento. 

De acuerdo a la creencia iremos a un lugar u otro en búsqueda de esa ayuda externa y porque no nos haya  servido ciertos lugares o personas  a nosotros, no significa que no exista  sanación de Dios en los otros.

Los canales que El utiliza pueden ser variados, y es un atributo que cualquiera puede adquirir, pero mientras hayamos podido alejarnos de nuestras propias sombras de descreimiento y discriminación aportando la mayor humildad y entrega absoluta a la labor. 

Dios no toma la forma, el espacio externo, sino que se manifiesta  a través de la esencia del alma que con su amor logra una simbiosis divina con la divinidad logrando que el brillo permanezca latente para sí mismo y para los demás. 

Muchas veces confundimos disposiciones teniendo en cuenta la forma que lo contiene y no la sustancia innata inmortal de cada ser, que actúa como expresión de las más altas esferas de amor.

Si partimos por comprender por que no podemos inmiscuirnos para determinar quién tiene un camino pleno y despejado y quien no , podríamos también generar el interrogante de qué pasaría si esa persona que representa el canal de sanación para muchos seguidores , dejase la forma y el medio en el cuál está inserto para hacer el mismo canal divino de Dios pero desde otro espacio físico, moral y mental. 

Observemos hasta donde somos capaces de discriminar y aceptarla sin enjuiciarla,  cuando en realidad hablamos de la misma esencia del alma y el mismo fervor de servicio incondicional que desea  seguir brindando. 

Dejemos de condicionar y condicionarnos y, para que ello suceda , tendríamos que partir por la propia sanación interior porque ella nos da la sabiduría de la comprensión de cómo es la divinidad en la cuál creemos.

Que necesitemos tener un Dios de la forma no significa que  no estemos hablando del mismo Dios, las manifestaciones pueden ser muchas pero la esencia una sola pero, hasta no entender profundamente cómo funcionamos en el aspecto humano, es probable que necesitemos diferentes lugares de encuentros que nos lleven a desunirnos  al armarse sectores distintivos de discusión de lucha de poderes para determinar cuál es la forma en que Dios debe manifestarse.

Desandar los tiempos y los tiempos de cada uno


En todo este trayecto donde aprendimos a centrarnos en nuestro ser, tuvimos que adquirir habilidades para ir dejando cada aspecto limitado que no nos permitió crecer y darle una nueva visión a lo que antes tenía un valor desmesurado para acomodarlo en el lugar apropiado. 

Sin embargo, desde pequeños supimos aprender a partir de lo que nos dijeron y  no es sencillo afianzarse en el ser interno que posee la única verdad que,  sin desmerecer otras diferentes,  ya no necesita referentes para su desarrollo.


Cimentar con firmeza la sabiduría interior,  sabiendo que una nueva mirada traerá aparejado el encontrarse con  distintos argumentos mentales que querrán hacer tambalear lo adquirido,  es el obstáculo con el que nos toparemos cuando aún no podemos vislumbrar la plenitud que se siente cada vez más cerca pero que no puede afianzarse. 


Para estabilizar y fortalecer las ideas y el sentir del nuevo SER , Dios y la vida nos pondrá a prueba, y hasta no devaluar todo lo externo quitándole el poder ficticio que tiene, no creo que podamos percibir la totalidad absoluta de la paz y, acorde a las vivencias, para algunos pasará por tomar las decisiones importantes que darán un giro radical a sus vidas, incorporando esas cuotas de valentía que nunca se tuvo y para otros, como los que hicimos hasta agotarnos, será  la pasividad y recepción quien deba estar en el día a día.


No hay recetas del buen vivir ni que es lo más apropiado para cada circunstancia , sólo está el despliegue del ser interior que nos guiará el camino de vuelta a casa , a nuestros orígenes, al término de nuestras actuaciones .

Quizás sí podamos tomar como denominador común eso que tanto nos cuesta pero que ya nuestros antepasados nos decían para superar los obstáculos de la vida: tiempo, tiempo para dejar que todo siga su curso natural y resignificar el presente forjando un  futuro con una nueva visión que nos encuentre definitivamente libres y sin sufrimientos. 

Cuando Jesús habló de la puerta angosta no en vano advirtió  lo que implicaría seguir los pasos de la liberación, porque lo que creímos que ya tendía su final  del calvario, nos volvió a encontrar con nuevas estaciones para ser recorridas. 

Si sentimos que ya no tenemos más por dar ni por sanar, y  resignificamos todo lo que tuvimos alrededor,posiblemente el no encontrar la plenitud  no sea debido a lo irreal de los sentimientos, sino a un paso más en la escala de evolución que implica la devaluación de todo lo externo como fuerza poderosa que se mueve en lugar nuestro. 

En este sentido el significado de desvalorización tiene relación con dejar caer todo lo real externo a nosotros como para dejar de amarrarnos y perder el centro de todo lo aprendido donde pusimos el mérito ajeno en detrimento de nosotros mismos. Si algo aún genera dolor, es porque existe un lazo que hace que todavía nos veamos reflejados en eso que no somos, y para que pierda el valor desmesurado tendremos que ver como se derrumba en nuestra mente con las frustraciones y fracasos que conlleva la pérdida de la ilusión depositada en ese afuera.

Si cuando aprendemos a caminar creemos que podemos hacerlo únicamente cuando nos toman la mano, es probable que suframos si nos dejan sin apoyo y nos quedemos reclamando esas manos que nos ayuden a pisar firme,  cuando en realidad la capacidad está en nuestro ser que sabe hacerlo solo. 

La ilusión de creer que no podemos, es lo que nos hará tener temor, y si volvemos aferrarnos a esa ayuda estando poco firmes internamente, posiblemente terminemos dándole todo el mérito al afuera que puso su energía y valor para rescatarnos de sentir que no podemos solos. 


Quizás si pudiéramos  ver que las decepciones son necesarias como parte del aprendizaje intentaríamos tomar con la mayor calma posible las caídas que, paradójicamente afianzan nuestro ser.
  
Estamos acostumbrados a no profundizar demasiado y a ser categóricos haciendo descartable lo que no nos sirve, y no podemos darnos cuenta que lo que parece más inútil es,  en realidad, el incentivo tal vez poco grato pero movilizador,  que la vida nos da  para aprender.

Dejemos de imponer verdades ficticias que lo único que hacen es dañarnos aún más al hacernos creer que el camino está equivocado. Nada está fuera del lugar en donde hasta el momento tiene que estar , sigamos mirando desde el ser interior que tiene la claridad de ver lo que aún no podemos con nuestros ojos.

Si pudiéramos dejar desfallecer hasta lo más amado, tal vez el día de mañana podamos volver a encontrarlo sin las sombras que recubrieron su ser . Ayudemos a que los demás pueden verse reflejados en nosotros con una luz clara y transparente y no con las dudas que la mente insiste en plantear.

 Sigamos mirando nuestro interior dándonos el tiempo que necesitemos hasta afianzarlo como lo que verdaderamente es : el reflejo de Dios que nos invita a descubrir Su Grandiosidad.  

domingo, 22 de abril de 2012

Desandar la dependencia emocional

Uno de los mayores desafíos que tenemos los seres humanos, es el estar insertos en el mundo y, sin embargo, intentar no pertenecer ni depender emocionalmente de lo que en él suceda. Nos reconocemos como seres sociables en relación permanente con los demás, y si bien estamos subordinados en algunas cuestiones básicas inherentes al vivir cotidiano,  no tenemos por que estar  yendo sin rumbo desconocido porque el viento sopla de una manera determinada.

La gran paradoja radica en que recibimos una formación que nos hace tener que valernos y depender en muchas ocasiones de los demás para algunas realizaciones y,  con ese inicio,  nuestra vida se dirige a estandares y modelos de conducta y felicidad preestablecidos que como es lo que conocemos, creemos que es lo que debemos perseguir para sentirnos plenos.

Reglas del buen vivir, normativas impuestas por las sociedades desde sus comienzos y plazos establecidos acorde a nuestra edad física. No importa cómo y la manera en que tenemos que llegar o mantener el estatus , no podemos bajo ningún punto de vista ser diferentes porque no seremos  reconocidos o lo que es peor , seremos juzgados por atrevernos a percibir con otra mirada el sentido de la vida.

Y así es como, si estamos empapados de esas doctrinas de saberes y no pudimos asomarnos para  rescatarnos , vivimos sumergidos en el sufrimiento de la lucha por ser lo que tendría que ser y alcanzar ese ideal que viene sin garantías porque depende también y en cierta medida , del otro para su realización . De este modo , con nuestras metas sobresalientes y extraordinarias arrastramos con  las personas que queremos, a los que no nos cae tan simpáticos , a quien esté en el camino generando algún escollo inoportuno o,  a su inversa, nos quedamos acotados en las sensaciones de frustración y fracaso que implica no poder llegar nunca a nuestros proyectos.

Lo primero que podemos vislumbrar, si pudimos al menos espiar, es existe un mundo disímil , con muchas variantes y cambios para ser vivido, sabiendo que saldremos airosos en algunas ocasiones y muy derrotados en otras. 

 Las mayores pruebas serán dadas para ser superadas y trascendidas,  y el agotamiento puede ser muy grande, pero pensemos tan sólo  que estamos saliendo de nosotros mismos  dejando lo que ya no sirve a un lado e intentando ver que no tenemos que depender del otro fuera ello una persona, institución o situación, para nuestra felicidad. 

La dependencia emocional es la que nos genera las mayores frustraciones, pero si podemos darnos cuenta que NO SOMOS ESO sino que vivimos una falsa realidad de unión contaminada, es probable que cada ocasión se nos vaya presentando de maneras menos complicadas para entender.

Dejemos salir las emociones , no importa cuáles sean, no las caratulemos de buenas ni malas, sepamos que sólo son y que nos pertenecen por la naturaleza humana que poseemos.

Sólo dejándolas que se manifiesten vamos a poder descifrar lo que quiere decirnos y cuando ello suceda pensemos el caso inverso y esperemos ver que sucede.

Las diferentes culturas nos van diciendo cómo somos producto de un entorno social que establece disposiciones y que, según donde estemos ubicados, nuestros pensamientos tendrán su acomode a las circunstancias. 

Muchas costumbres de oriente distan mucho de  las de occidente y como tal existen como reales para la visión humana  pero, ... qué pasaría si a nosotros nos hubieran enseñado con algunos conceptos diferentes ? Y si podemos, más allá del nombre que le pongamos, iluminación, ascensión o kundalami,  ser felices con nosotros mismos sin necesitar amuletos o bastones que nos sostengan y no lo sabíamos ? Nuestra mente no lo hubiese captado igual? Es posible que, de este modo,  la dependencia emocional no existiera y nuestras relaciones se basasen en intercambios gratos de afectos sin querer encadenar al otro a nuestra mano. 

Si partiéramos por entender que somos distintos porque la formación, y lo que captamos de ella es diferente en algunos casos, podríamos crecer sabiendo que está la posibilidad de que  no pensemos todos iguales nunca y sin embargo valorar tanto  un pensamiento como el otro. Estaríamos posicionados  acorde a cómo llegó la información y lo que hacemos con ella, produciéndose naturalmente las afinidades o alejamientos mentales que nos ubicarían en distintos lugares dentro de este mundo físico pero no lejos en el mundo espiritual.

Insisto con armar primero nuestro mundo interior , desafiemos las reglas que nos dicen que tenemos que crear de a dos si todavía no estamos preparados para evitar la posesión , demanda y deseos de apegos que desmoronan y hacen frágiles las relaciones por carecer de sustento.

Dejemos de temer lo que dirán  y escuchemos qué quiere decirnos el dolor cuando vuelve a aparecer.

La esencia del alma tiene toda la sabiduría que no podemos encontrar fuera, busquemos la manera, aunque cueste, de descifrar el mensaje que quiere darnos...dejemos que las emociones nos lastimen si es necesario , y luego, ya con mayor calma sintamos en el corazón cuál es el nuevo rumbo a tomar...

sábado, 21 de abril de 2012

Desandar distintas formas en una única esencia

Después de nuestro itinerario doloroso y en algunas ocasiones gozoso, donde fuimos entregando e intercambiando las emociones, sensaciones, sentimientos, intentando comprender qué separa unos de otros y si en verdad algo las distancia, estamos ante la posibilidad de poder ser  espectadores de nuestra propia vida.

 La ofrenda de los dos extremos del dolor y amor de lo que hasta ahora veíamos como opuestos,  nos sitúa en dejar al descubierto nuestra esencia del alma que mora en el ser de cada uno y que quedó muchas veces sólo como un anexo secundario por no poder ver y palpar con nuestros sentidos humanos. 

Cuando en muchas oportunidades creímos que nos quedamos sin vida por entregar todo,  lo que sucedió en realidad, fue sólo el cambio de muchas capas que nos ha tapado desde hace tiempo,  pero que están dando paso  a una visión más amplia de quienes somos en realidad.

Tener que utilizar palabras que concuerden para definirnos, roles que cumplir en una sociedad, interpretaciones diversas mientras vamos aprendiendo no significa que tengamos que caratularnos como lo que, por nuestra faceta humana, tenemos que mostrar. Nuestro sitio dentro del mundo terrenal es a través de un recubrimiento formado por cuerpo y mente que responde a las necesidades básicas, requerimientos de abrigo y  orden y emociones manifiestas o escondidas  que nos marcará el rumbo a seguir,  pero no por eso tenemos que ser prisioneros de ese camino necesario para nuestra supervivencia pero inútil para la comprensión de nosotros mismos en profundidad . 

Entender que como unidad podemos estar en muchos lados y planos al mismo tiempo, nos deja entrever que podemos estar cumpliendo determinados requisitos,  pero que no nos denomina en la actividad y rol que estamos llevando a cabo.

De este modo no se trata de negar nuestra condición humana sino de elevarla y adaptarla , y si  pudimos ir dejando por el camino las diferentes actuaciones, significa que podemos entremezclar el afuera y el adentro, el arriba y el abajo sin por ello sentir que estamos perdiendo nuestra esencia divina de Dios adquiramos una forma u otra.

Si podemos afirmar, llegado el momento,  que quizás aparezca el dolor como resabio,  o temores como aprendizaje de una conducta acotada que perteneció  a algún período de nuestras vidas  pero no por ello creer que somos eso, estamos elevándonos mucho más que lo que creemos porque  la visión comienza a partir de  un enfoque distinto donde no existe el sufrimiento. 

Analizar y confirmar  luego del análisis que las conductas limitadas nos pertenecen sólo como parte de un aprendizaje en la escuela de la vida,  es entender definitivamente que somos LIBRES y que detrás de todo ese padecimiento, apariencias y miedos Dios tenía algo grandioso por mostrarnos y regalarnos.

Cuando nuestra vida va para cualquier lado y a su vez no va para ninguno podemos aseverar que ya nada nos ata desmesuradamente a este plano más que el anhelo sin tensiones de  poder gozar  una vida plena y completa con el AMOR como base y sustento de nuestro caminar. 

No hay expectaivas por cumplir , ni nuestra vida pierde significado cuando lo que deseamos desde nuestra adorable e inocente visión humana no se cumple. De ese modo el estar sin vida significa paradójicamente el llegar a recuperarla,  porque ya no dependemos de nadie más que de nuestra faceta íntegra que tiene la sabiduría y respuestas a nuestros interrogantes.

Y así como el velo se va corriendo para dar paso al reconocimiento propio primero y luego el de los demás , así también podemos comprender, bajo la luz de Dios que nos ilumina por siempre nuestras vidas,  que lo que nos llega como indiferencia de los que nos rodean no es maldad ni apatía, sino otro nivel de conciencia que está buscando unirse al resto sin poder por ahora lograrlo. De esta manera no hay distinción entre el bien y el mal, ni el odio y amor , sólo hay grados de separación momentánea que alguna vez dejará de serlo para completar la Unidad de Dios. 

Comencemos por nosotros y brillemos aún en la mayor oscuridad porque esa luz puede ser atraída por quien está haciendo el mismo camino conformando los reflejos del Amor que somos, que a su vez  atraerán  más luces que se irán acercando hasta armonizar entre todos y formar la Eterna Luz sagrada del Infinito de Dios. Sólo en El podremos SER verdaderamente felices y el día que podamos comprender definitivamente de qué se trata , sorpresivamente lo utópico empezará a ser real y lo ideal algo para ser vivido.

Y esa mágica atracción magnética y la unión en Su  Amor será el logro final que hará que podamos concluir, en la mayor calma y dicha  en el RECONOCIMIENTO FINAL para ir  juntos hacia la Eternidad. 

Desandar los Universos paralelos

No hay una verdad única para ser impuesta, ni pensamientos categóricos que nos marquen un camino determinado que no requiera de revisiones. Cada uno, acorde a sus vivencias particulares, hará un recorrido singular que desembocará en su propia paz interior sin forma, ni reglas que la condicionen.

Y porque no se puede distinguir ni abrir juicios sobre el camino ajeno que no existe el bien ni el mal,  sino lo que será apropiado a una u otra persona.

Los extremos con sus prejuicios y separaciones fueron invenciones realizadas  por el hombre mismo que discriminó acorde a su voluntad lo que le convenía y de ese modo, los que posteriormente seguimos esa huella no tuvimos otra opción de elegir al no conocer  otra manera de percibir la realidad. 

Nadie nos separa, nosotros mismos desde la compleja trama psíquica,  nos creamos nuestra propia isla de creencias que nos distancia de quien está a nuestro lado y al no poder imponer esa peculiar forma de ver la vida, o descalificamos otras convicciones u oprimimos para que piensen y sientan como nosotros.

No soportamos que nos digan algo diferente y nos resistimos a los cambios, cargamos con la visión acotada y vamos pregonando que es la manera en que seremos felices,  sin percatarnos que lo que puede hacernos dichosos a  nosotros puede no hacerlo a quienes tenemos alrededor.

Las fricciones de esas diferencias nos trae el dolor cuando aún no pudimos elevarnos lo suficiente de nuestra condición limitada y no comprendemos y, con esa impronta, nuestra propia vida se nos viene como un aluvión de sensaciones y emociones muy difíciles de asimilar por momentos. 

Vamos transitando el camino con simpleza o complicaciones,  algunas veces mirándonos sólo a nosotros mismos, otras viendo como podemos ayudar a quien pueda estar aún más confundido pero, como sea, vamos haciendo lo mejor que podemos al momento acorde a nuestra capacidades, fortalezas, y desánimos que nos llegan como experiencias de vida.

Podemos creer en la existencia de un Dios, quizás captar que existe algún Ser Superior que nos observa o entregar la vida por el Ser Divino que nos conmueve tanto con Su Amor pero, más allá de toda creencia , no hay nadie que pueda venir a decirnos de que se trata el vivir como una verdad irrefutable porque cada uno sentirá desde su propia alma cuál será la luz que deseará alcanzar algún día. 

Solos, acompañados, riendo,  llorando, con actitudes selectivas o pensamientos permeables formamos parte de un Todo con una misma naturaleza humana y espiritual y aunque requiramos aceptar nuestra condición psicológica y actuar en pos del beneficio propio y ajeno  no implica tener que perdernos entre lo que pensamos y sentimos.

Los recorridos son individuales pero la red en el cuál estamos insertos es universal  y nuestro gran desafío tiene relación no sólo con nuestra propia superación sino,  con hacer óptima las relaciones aún en las peores circunstancias de diferencias teniendo que adaptarse a las circunstancias de cada esfera y densidad de existencia.

Por eso insistentemente no podemos dejar de ver el denominador común que nos une consciente e inconscientemente y que nos realza el brillo que nos pertenece desde siempre: EL AMOR DE DIOS, tu Dios, el de la forma, el de la no forma, el que armamos con nuestros miedos, el que viene libremente a nosotros en formas sutiles , el que vibra en nuestros corazones, el que ACEPTA SIN IMPONER CONDICIONES A LA ESPERA PACÍFICA DE QUE SALGAMOS DE NUESTROS PROPIOS ENREDOS.

Es el Dios del Todo que habita en la esencia de nuestra alma más allá de toda creencia, es el SEÑOR DE LA VIDA que cada amanecer anuncia que,  VIVE... 

viernes, 20 de abril de 2012

Desandar el antagonismo psicológico

Quienes nos animamos a cruzar el umbral del desconocimiento para indagar, cuestionar, preguntar y encontrar respuestas a nuestra existencia, sin duda alguna, seguiremos teniendo momentos de tanta dicha como de infelicidad, porque ir más allá implica dejar la vida humana desde lo limitado y conocido para adentrar en lo que no sabemos como es y que se encuentra en las creencias de lo que parece irreal .

Creer que porque fuimos valientes vamos a encontrar la estabilidad completa es como pedir que el mundo se quede quieto y deje de moverse porque  no hay final más que el que el propio ser determine para su propio camino dentro las decisiones humanas y el Universo desde su integridad.

Mientras tanto, pareciera que Dios nos mira vernos jugar observando hasta donde llegamos pero asimismo , nosotros, desde acá abajo sentimos librar un -hasta cuándo? que aún no tiene  respuestas.

Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, reconocimos errores, nos enorgullecimos de los aciertos y sin embargo lo único que hace que sintamos que todo está en su lugar es la creencia de un Poder Superior que todo lo Ve y sabe lo que hace.

Cuando no hay manifestaciones del Amor Universal que sentimos , ni la correspondencia de lo que intuimos con la realidad física, estamos adentrándonos en un campo más sutil y sumamente complicado como lo es la psicología humana.

Acá nos encontramos con muchas variantes , teorías, estudios y acorde a la escuela será de una manera u otra. Pero más allá del estudio de las enfermedades mentales y el funcionamiento de nuestra psiquis, cuando podemos traspasar la barrera de lo razonablemente lógico estamos frente a frente con una propia realidad interior que ni la misma psicología puede explicar.

Podemos imaginar, ilusionar, tener sentimientos extraños, vivencias sutiles, pero mientras no hagamos como real en esta dimensión lo que soñamos en otros niveles de consciencia no estamos en riesgo de tener problemas mentales. No hay pérdida del juicio ni de la realidad y no hay por qué temer nuestra integridad pero , sin embargo, dentro nuestro sentimos muchas veces estar volviéndonos locos.

Las percepciones van por un  lado, y lo meramente formal de lo material por el otro, observamos determinados comportamientos e inéditamente sentimos que esas acciones no marcan la esencia de la voluntad aunque veamos una fervorosa manera de llevarlo a cabo, la vida nos muestra un camino y nuestro ser no siente ir para allá,  o sea , vamos a contramano de lo que físicamente se nos presenta.

En ese mundo de situaciones encontradas nuestra psicología va perdiendo día a día un poco de su cordura y lo moralmente apropiado deja de tener sustancia para convertirse en la gran actuación del cuál no sentimos formar parte.  

Percibimos estar elevándonos pero también pisamos fuerte este mundo material y,  como consecuencia, nos encontramos con que la psiquis se agota mucho de tanta contrariedad y, sin embargo, no encuentra respuestas a lo que la psicología podría explicar porque esa misma ciencia  está hecha paradójicamente por mentes humanas.

Cuando llegamos a un nivel de conocimientos que no pueden ser juzgados porque nadie tiene la capacidad de hacerlo,  nos damos cuenta de por qué necesitamos elevarnos para sentirnos en paz . No hay respuesta humana a los interrogantes existenciales y cada uno tendrá su propia sabiduría que no la hará universal pero sí única para el ser y que podremos compartir acorde a la afinidad de la certeza de quienes estén a nuestro lado.

No hay un modo igual para todos para llegar a la trascendencia, algunos podremos y otros quedaremos en el camino pero como sea , la soledad que sentimos muchas veces está relacionada con la individualidad que la vida nos dio al nacer y que pertenece a nuestra faceta humana. 

Quizás la gran paradoja sea fusionar el cuerpo y la mente como seres exclusivos que somos con un Espíritu  Universal que nos pertenece a Todos por igual sin diferencias de rango, sexo, edad, cultura, sociedad y religión llamado como cada cuál quiera ponerle pero al cuál  pertenecemos que nos da la esencia Divina que brilla  por siempre y para siempre. 

El remanso de la templanza


Si bien no podemos afirmar rotundamente que una etapa de nuestra vida está llegando a su fin , si podemos intuir que llegó el momento de hacer un alto en el camino para recuperar nuevas fuerzas renovadores de la luz que brilla en la esencia del Ser.

Muchas veces quisimos entender por qué tuvimos que pasar por tantos sinsabores, amarguras y decepciones para llegar a una cierta estabilidad que nos haga sentir que dentro del mundo caos existe una armonía acomodada desde lo espiritual y los campos sutiles,  para ir descendiendo al mundo físico y elevarse  nuevamente con todas las purificaciones y resignificaciones realizadas.

Si partimos por entender que tenemos una trama compleja humana y que no es sencillo llegar a las más densas esferas del dolor y posterior resurrección, quizás podamos tomar cada uno de los procesos que recorrimos para hacer una unidad sintética que se fusione con la sabiduría del alma y nos arme como entidades únicas y esclusivas que no descarta ningún aspecto vivenciado. 

Nada se destruye, ni necesita eliminarse, ni siquiera negarlo con atribuciones nefastas, basta con comprender que hasta no pisar cada huella que padeció quien eligió venir como referente al camino de retorno,  la redención de lo limitado no puede llegar. Nada estuvo ni permanece fuera del lugar donde debe estar para que se cumpla el plan divino de Dios y la vida que redunda en beneficio de nuestra paz .  

Puede haber excesivo cansancio pero también el amor mas pleno y misericordioso que no llevó a recorrer las peores penas para la purificación del alma que necesitó unir su aspecto físico y mental para formar la unidad que Es desde sus orígenes.


Y quizás lo más grandioso de esta travesía humana sea el haber estado en todas las variantes que la vida nos mostró y, sin embargo, poder decir con la sencillez diáfana que nos pertenece en forma innata, que no sabemos nada. En la escuela de la vida los conocimientos no son enciclopedias ni recetas mágicas que nos marquen una aprobación de lo que hacemos, sino la libertad de poder desprenderse de ese mismo saber adquirido para no imponer leyes absolutas que dirijan la vida de los más débiles a partir de una verdad única e individual experimentada en  nosotros. 


El mejor modelo para ser transmitido no está relacionado con disposiciones ni palabras sino con el brillo propio que puede ser percibido por quien esté alrededor, generando de esa manera una energía sutil que abarca los corazones de quienes quieran amar sin trabas ni prejuicios que los condicione.

Haber vivido los extremos nos llevó a unir  las polaridades,  y experimentar el arriba y el abajo por separado, nos lleva a dejar que la vida dé su última gracia divina de fusión mientras permanecemos calmos , serenos y sin agregar condimentos emocionales que nos acoten o generen algún desbalanceo.

La templanza, junto con la paz y el amor,  es el resultado del vía crucis que realizamos donde nuestra mente quedó desbordada de preguntas, desilusiones, pasiones y agotamiento.

Las fuerzas internas equilibradas generan el eje central que conecta a Dios desde su canal más potente ; EL AMOR que no sentencia, ni discrimina ni pide explicaciones, sino que acepta  incondicionalmente el camino de quien aún puede estar transitando sus últimas estaciones del peregrinaje hacia la cruz y la Luz .

Nada es malo ni bueno, solo es, y acorde a la elección producto del libre albedrío nos encontrará para unirnos definitivamente o separarnos a la espera de otra oportunidad. No estamos contentos ni tristes, sólo estamos y como esencia divina brillamos sin necesidad de acoplarnos nombres o formalidades para los demás.

Todo lo que abra juicio forma parte de la faceta humana que si no logramos equilibrar nos sigue tiranizando al punto de confundirnos y creer que somos eso que decimos y pensamos.

Aceptar las emociones, sensaciones y sentimientos es la mejor manera para dejar de dictaminar y comprender que nos pertenecen,  pero que no hacen a la esencia del alma que pudo salir cuando nuestra propia mente la acompañó para formar  unidas la fuerza y acción del positvo/ negativo,  masculino/femenino, Padre/Madre en una sola divinidad. .

En el Amor, en la Paz, en Dios, por siempre y para Siempre.....


Desandar limitaciones: alcances del amor de Dios en la Tierra

Quienes fuimos por la vida buscando conscientemente la propia verdad que nos hiciera libres, fuimos y vinimos tantas veces en el laberinto ,  que cada estación del Vía Crucis humano nos fue dando un valor más real y cercano a nuestro propio sufrimiento.

Mas allá de la creencias en una religiosidad que nos encuadre y haciendo una cierta analogía con nuestras vivencias , podemos percibir recorridos hechos por nuestros antepasados que estuvieron insertos en distintas épocas y culturas, acercándose cada vez más a Dios y a la trascendencia humana pero que, sin embargo, acorde a la visión de cada uno, tendrán probablemente significados diferentes en nosotros acorde a nuestra formación y principios.

Si pudiéramos abstraernos de lo que el mismo dogma o ley le atribuyó a la manifestación  nos daríamos cuenta que, tal vez  no tenga un sentido real para nuestra subsistencia el saber quién fue en sus actos tomando detalles,  sino por qué brilló en su esencia involucrando las  partes del Todo Universal. Sin distinguir lugares, contextos ni modos, el denominador común en todos aquellos que buscaron la paz por sobre la tierra se centró en una misma naturaleza emocional  , con psiquis indagadora y sentimientos de pureza interior expresados en el afuera que movilizaron las masas. 


Si partimos por entender que el trayecto de trascender implica dejar lo que nos entorpece para dar liberación a lo genuino del alma,  sin duda alguna el sentido de redención en cada uno de ellos es el valor por sí mismo y no por el encuadre o posterior efecto disímiles en los que llegamos después. 



Con el tiempo, la avaricia del hombre, los miedos y desconocimiento alejado de toda fuente, lo llevó a enajenarse perdiendo la propia identidad espiritual como individuo completo que en algùn momento comenzó a salir y que fue negado por el propio ego.

No hay pecado del mundo que nos venga por herencia, hay temores que nos fuimos inculcando que nos dijeron que si no creíamos en algo nuestra vida se derrumbaría, o que si no adoptábamos la forma correcta de creencias nos encontraríamos con el mayor caos. 

De ese modo no pudimos soltar lo que es naturalmente libre y nos aferramos a quien mejor nos representase. Al comienzo nos vimos reflejados, sentimos hacer carne el camino del otro, pero cuando tuvimos que dar el gran salto para la trascendencia nos quedamos amarrados a la imagen del Dios que nos armaron desde las programaciones. Nos mantuvimos pegoteados en las rejas de lo condicional y anunciando por efecto de continuidad las palabras que nos enseñaron a decir acorde para cada ocasión.

Sin embargo, el modelo establecido que nos formó con un temple efectivo, tiene sus frutos si podemos extraer de lo aprendidio lo esencial para valorar e incorporar a nuestro propio sendero de liberación. 

Si buscamos sutilmente  que nos quisieron decir los grandes maestros quizás no podamos hacer una verdad exclusiva que nos una, pero sí podemos hacer un AMOR UNICO que nos ayude a comprender los alcances inimaginables de ese amor que abrió toda frontera y el corazón de los hombres, aún de los que no querían o podían percatarse.

Sería propicio preguntarnos hasta donde el ser humano , desde esta dimensión, es capaz de manifestar ese amor eterno de otras esferas , hasta que extremos llegará para fundir el arriba con el abajo y hasta dónde está dispuesto a dejar su vida para ser el referente que nominarán posteriormente como hombre divino, revolucionario,  renovador o farsante.

Si entendemos que  el dejar  la vida se escurra en términos de la incapacidad de afrontar lo que la vida nos trae desfavorablemente es probable que nos convirtamos todos en los innovadores de cada època pero si, en cambio , se está dispuesto a soltar la vida cuando ya no se tiene nada amarrado soportando con dignidad los agravios y ofensas que la sociedad nos conjura es indudable que estamos ante situaciones de índoles diferentes.

Como seres humanos necesitamos experimentar, ver, conocer, tocar y nuestro aprendizaje no puede ser abstracto. Los alicientes serán acorde a lo que tengamos que trabajar y la mayor prueba estará dada por nuestra capacidad de dar amor universal desprovisto del egoísmo desde nuestra condición humana. De nada vale hacer sacrificios que nos marquen una determinada manera de entrega , insertémonos dentro del contexto global del mundo y sin religión ni culturas miremos  que somos capaces de entregar por lo que tenemos dentro para poder ser percibido por el afuera. 

Si continuamos desvirtuando las palabras de las mismas palabras hechas por los hombres es probable que nos quedemos sin haber entendido por que tuvimos que dejar la vida para vivir.

El camino de la redención está en el propio corazón de quien transita con sus pies etèreos el sendero de Dios. No tiene disposiciones ni reglas , es único y exclusivo para cada uno y es por eso que las palabras pueden formar parte pero sólo de una minúscuscula faceta del todo interior que cada uno posee.

Abramos nuestro corazón y con la mirada del alma preguntémonos si algo realizado por amor deja de tener valor por ser desmerecido o ignorado. Percibamos que el itinerario al cuál nos conduce nuestra propia alma hasta no encontrar la fusión plena, es discriminado por nuestra propia  mente que busca preservar y resguardar intentando encontrar respuestas coherentes a nuestro sentir. 

La paz no es un regalo,  es el fruto merecido que viene del alma cuando encontró su retorno a casa amando, entregando , muriendo en la forma y renaciendo entre el olvido del  propio hombre que aún sigue buscando la redención de afuera para reconciliarse consigo mismo.